Kotoko, dos realidades enfermizas

Una mujer soltera, de dudoso bienestar mental, lucha por mantener los cuidados de su hijo con los peligros que eso puede conllevar.

Datos Técnicos :

Título : Kotoko
Pais : Japón
Año : 2011
Género : Drama - Terror
Director : Shinya Tsukamoto
Reparto : Shinya Tsukamoto, Cocco

Crítica : Por todos es conocido que la mente humana es capaz de hacernos pasar malas jugadas en muchas ocasiones. De este modo, en Kotoko vemos como nuestro propio cerebro es autosuficiente para hacernos creer cosas que no existen, por lo menos a nuestros ojos, y así nos sale plasmado en esta película repleta de pinceladas sangrientas.

Kotoko es una cinta que yo nunca me habría predispuesto a ver, sinceramente, porque más que nada no suelen llamarme la atención este tipo de largometrajes, pero tras leer sendas reseñas, decidí dar un paso adelante y permitir a mi vista disfrutar de semejante joya.

Su arranque, hablando de sus primeros 20 minutos, es completamente fulgurante. En él, podemos observar una especie de principio de locura al que es sometida nuestra protagonista, proyectándolo más que nada sobre el mundo exterior, sobre las personas, sobre aquellos que no tienen nada que ver con su vida, pero que son de cierto modo castigados por una enfermedad personal y mental.

Su devenir, con algún que otro altibajo, no hace más que repetir lo que ya hemos visto al principio, pero lo que podría convertirse en un punto muy negativo, lo convertimos en algo que para nada llega a importarnos, ya que se suple con una belleza visual que a lo largo de los minutos nos encandilan como cualquier otra obra de arte. Es digno de ser visto, creedme.

Otras de las cosas más destacables y de lo que hay que hablar si o si es nuestra protagonista. La manera de transmitirnos los hechos, su vida, su enfermedad, todo lo que responde a ella. En ocasiones es capaz de hacerte llegar lo que ella siente, y eso pocas películas lo consiguen, ella es la que lo mueve todo, y por lo que todo se mueve a su misma vez, merece todos los honores sin duda alguna.

Pero lo mejor estaba por venir, y es que su parte final vuelve a ascender como nadie podía llegar a imaginarse. El trato que recibe, la manera de relatarnos las cosas, y la forma en la que todo ocurre, acaba por explotar en unos últimos minutos de vértigo, donde los sentimientos afloran de nuevo, y donde lo más facil es dejarse llevar por lo que se ve, por un dolor que se hace insostenible y que lleva a hacer lo que hace.

Kotoko es una película de gran factura, y a pesar de sus pequeños altibajos, sabe en todo momento resolverlos de una manera u otra. El dolor, los sentimientos, y la mentalidad rodean a toda la cinta, convirtiéndola en una de esas que vale mucho la pena de ver. Y sinceramente, me quedo corto hablando de ella, porque me gustaría realizar algo un poco más extenso, porque se quedan muchas cosas en el tintero. Sin ir más lejos, dadle una oportunidad, la merece!

Nota : 8/10

Trailer :